Como ustedes saben, (y los que no lo sepan pues ahora lo sabrán) yo trabajo con niños de 7-8 años y siempre me cuentan lo que hicieron, lo que aprendieron, descubrieron, etc. etc. En ocasiones me cuentan de los programas que ven que ojalá yo hubiera tenido la oportunidad de ver (soy pobre y de familia numerosa y no teníamos tv por cable). Conversando con ellos recuerdo mucho mi infancia que la disfruté y mucho.
Yo siempre he vivido en franja fronteriza, y pues en mi rancho la mayoria de los canales de tv eran gringos y solo 2 en español (el local y el 2 de México), por lo que toda mi infancia solo vi caricaturas en inglés aunque no les entendiera nada. Diario mis primos, mi hermano y yo veíamos Transformers, He-Man, GI Joe, She-Ra, Thundercats, Teenage Mutant Ninja Turtles y creo que se llamaba Spud Mackenzie. Los sábados nos levantábamos temprano para ver además de las ya mencionadas, Looney Tunes, Scooby Doo, Ghostbusters, Denis the menace, Woody Woodpecker, Garfield and friends, Bill & Ted, entre otras. También había programas que nos gustaban como Bill Nye the Science Guy pero el que odiábamos era el de Pee Wee’s Playhouse y más la risa del protagonista. En español veíamos El tesoro del saber, Plaza Sésamo, Super Ondas, Odisea Burbujas y Chespirito.
Lo que más recuerdo de lo que veíamos en la tele son los comerciales, los jingles, el vestuario, el ingenio y protagonistas de los mismos, son inigualables. En mis tiempos empezaba a salir la televisión a control remoto y pues solo los riquillos «gozaban» de ese privilegio. Si querías ver qué había en otro canal mientras estaban los comerciales en el canal que estabas viendo tu «show» favorito, tenías que ponerte de pie, frente a la tele (con el riesgo que lo mínimo que te dijeran era la carne de burro no es transparente o te lanzaran algo para que dejaras ver) y cambiarle manualmente; lo mejor de eso era tener bien dominado el estilo «manita de puerco» para no soltar la «perilla» que cambiaba el canal (eso sucedía solo si el canal que querías ver era mayor al 13, porque de ser así tenías que ponerle a la «perilla» de arriba en la U y moverle a la de abajo con la maniobra antes mencionada manita de puerco). Así que para evitar conflictos veíamos todos los comerciales que transmitían en aquellos años.
Por tal motivo me dí a la tarea de buscar esos comerciales que encierran muchas de las cosas que disfruté o añoré en mi infancia y se los presento a continuación.