Era 1996 y se empezaba a escuchar de los mentados «teléfonos celulares», y aunque eran un lujo de empresarios, y aparentemente carecían de uso, yo conocí en la facultad el amigo de un compañero que tenía uno.
Y que siempre lo tenía apagado, porque salía bien cara la llamada, y además si alguien le hablaba le cobraban por recibir la llamada, de hecho tenía la creencia que con el simple hecho de timbrar le cobraban.
Por ahí de 1997 – 1998 fue cuando empezó el plan «El que llama paga» y ahí empezó el boom por los celulares.
El primer celular que tuve fue por un plan a 18 meses, pagaba como 300 pesos por mes, pero a mi siempre, siempre me han gustado los celulares que se «doblan» como el legendario Star Tac de Motorola, nunca han sido un objeto de status o presunción, simplemente era una herramienta de trabajo del sotorpe.
A bueno, los celulares siempre los traigo escondidos en las bolsas, como mucha gente que tiene que cambiar el celular cada mes y estarte enumerando las cosas nuevas que tiene el que acaba de comprar y estarte enseñando «Los tonos» que ya bajó.
Ok, yo por aquellos años estaba en la FIME, y cuando agarraba el camión hacía mi casa siempre pasaba por la FACPYA que es la Fac. de Contaduría Pública y Administración.
Para los que no sean de Mty. en la FIME había algo así como 15,000 alumnos de los cuales el 90% eramos hombres, mientras que en Facpya, había 12,000 alumnos de los cuales el 90% eran mujeres, so, entenderán que era normal para los inges ir de ligue con las contadoras, pero esa es otra historia.
Tons un día llega el camión a FACPYA y se suben los jamones y chicharrones, digo las morritas, digo las alumnas, y se sube una gorda llore y llore y se sienta justo en el asiento delante mío, era una gorda fresa con el pelo bien pintado de rubio platinado, con ropa que en todos lados decía «mochimo» o algo así (qué pinche afán de presumir la marca de ropa) y por finta de fresa (aunque andaba en camión) y pues me sorprendió que fuera llorando, pensé que a lo mejor le habían puesto unos chingazos o asaltado o algo, y paré oreja.
Gorda Popis: buuu buuuu no mamen güey (no odian cuando los viejas se refieren a ellas mismas como güey)
Fresa1: ¿Qué güey, qué te pasó?
GP: es que reprobé otra vez 2 materias.
Fresa2: pero tú siempre repruebas, ¿o qué pasó?
GP: es que mi papi me había dado $700 pesos para comprarme un celular, y ahora voy a tener que pagar las «terceras» (la tercera oportunidad) de ese dinero pa´que no se den cuenta, porque les prometí que si me daban para un celular ya no iba a reprobar (jajajajajaja)
Fresa1: Pos no pasa nada, luego te lo compras.
GP: es que ya todos traen menos yo.
Fresa2: no pasa nada, cálmate.
GP: buuuu buuuuu yo quiero un celular, lo necesito, bu buuuuu
Y en eso, ya llegué yo a mi «parada» (ay papá) y me bajé, mientras la gorda seguía llorando.
Y pues pensé mucho en esa gorda, tan vacía, vanal y superficial.
Y la recuerdo seguido cuando alguien hace un comentario, o le llora a algún objeto o se encabrona por no tener algo que ni necesita, pero que el consumismo lo ha hecho ver como «debes tener uno como todos los demás».
¿Cónocen gente así?
Off topic: una de tantas veces que fui a subir el cerro de la silla, ya que venía yo de bajada, me volví a topar a esa gorda.
Para subir el cerro de la silla, hay que hacerlo a las 6:00 o 7:00 AM, porque no hay ninguna sombrita y cuando sale el sol, te pega de lleno, tienes que ir con tenis y cargar agua, y pues tener buena condición, si no tienes condición te avientas dos horas. Yo llegué a subirlo en 15 minutos sin parar.
Bueno, tons venía ya yo bajando como a las 8:00 AM, y la gorda venía como con 3 o 4 amigos, todos con tenis, pants, mochilita, frescos.
Y la gorda venía con blusa negra, como para antro, pantalón de mezclilla apretado, cinto (eso sí, decía tommy o algo así), «zapatos de tacón», lente oscuro y….
el celular colgado en el cinto para que toooodo mundo viera su ladrillo, jajajaja neta que me iba a zurrar de la risa.
Ella pensaba yo creo que iba a un antro o algo, jajajajajaja