Phrazes for the young

Cuando el lider de una banda famosa saca un proyecto solista, la expectación normalmente es grande, si el disco no es bueno,  puedes esperar criticas sumamente duras. Y este probablemente sea el caso del primer trabajo solista de Julian Casablancas (vocalista de los Strokes), titulado Phrazes for the Young.

Honestamente esperaba un sonido mucho más duro, no muy elaborado, pero con la suficiente fuerza como para comenzar a agitar la cabeza o de perdida mover el pie al ritmo de las canciones. Desafortunadamente no fue el caso, pero vamos por partes.

En general, hay excesivo uso de sintetizadores, el disco parece grabado con secuencias midi y Julian cantando, punto. Está bien querer darle un aire ochentero al disco, pero éste suena como soundtrack de juego de Atari.

Las letras son larguísimas y confusas, los arreglos de voces son lineales y aburridos casi somniferos.Llega un mometo en que desespera su falta de emoción para interpretar sus propias creaciones, haciendote extrañar al Julián energético y gritón de Los Strokes, preguntándote al mismo tiempo cuando lo cambiaron por este tipo aburrido, incapaz de expresar emoción alguna al cantar.

Analicemos canción por canción:

Out of the Blue, es la que más suena a The Strokes pero con sonidos arreglos bastante feitos pues, lo único logrado, fue el que me preguntara donde tenía la cabeza al momento de componer este adefecio. Los instrumentos parecen sacados de la secuencia midi más jodida y la letra es estresantemente larga.

Left & Rigth in the dark, tiene una introducción sacada de una cumbia sonidera, las percusiones se oyen bastante chafa, por si fuera poco, la voz llega un momento que se vuelve tediosa y la letra, otra vez, es excesivamente larga.

11th dimension (el primer sencillo por cierto), quizá es la menos malita de todas las canciones, pero vueve a caer otra vez en los mismos excesos, la voz sigue sonando zoza y la letra carece de sentido, inclusive en drogas.

4 chords for the apocalipse, es en donde se vuelve más desesperante su falta de emoción para cantar, pues al ser está una canción de soul le faltaron tompiates al asunto.

Ludlow st, para este punto estaba a punto de pegarme un tiro ¿Que onda con las percusiones? ¿Que carajo hace un banjo aquí (leyeron bien, un banjo)? Ya no se si estaba sobrio o pedo cuando escribió estos disparates. Tengo ganas de regalarle unas pastillitas de Prozac.

River of Brakeligths hace querer demandarlo por daños sicológicos, repite la misma pinche frase 8 veces en el primer coro y luego la cambia por otra que suena más o menos igual en el mismo primer coro. Para el segundo, le varía un poco intercala las dos mismas frases y luego juega con sus palabras ¡Que creativo! Otra vez sus sonidos sacados del Atari.

Glass es la más estresante de las canciones. Juro que si  vuelvo a escuchar a alguién «bulletproof  glass» otra vez, a quien sea, lo mato. Es desesperante, pero nos da una idea de cual es el vehículo de su inspiración, la absenta.

Tourist, lo primero que haces es dar gracias al creador por ser la última canción. Después, te das cuenta que si todo el disco hubiera sonado así no hubiera estado tan mal.

En pocas palabras, el disco suena pretencioso a más no poder, a pesar de ello, parece hecho al vapor sin el mas leve asomo de haber un poco de reflección por parte de su autor, pues el producto final no es ni por lejos bueno. Por mi parte espero oir pronto a Julian cantando con los Strokes, que no son una gran banda, pero sí una con canciones disfrutables.

Creo que se aventuró demasiado al sacar un material que él denomina de rock alternativo cuando toda su carrera ha sido en el rock comercial. Apostó y perdió.

Para más información visiten www.juliancasablancas.com

2 Responses to Phrazes for the young

  1. Chale, yo que las quería bajar del Ares, ni pedo dijo el tapado, si vi en el fb que te quejabas de reseñar ese disco, ni modos, jale es jale.

  2. Iris dice:

    Ok, entendido y anotado 😉

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